Central volvió a la competencia, arrancó un nuevo torneo de la Liga Profesional 2022 y lamentablemente la presentación canalla fue muy pobre.
El diagnóstico es el mismo al del torneo pasado, el equipo no genera ocasiones claras de gol, retrocede mal y defiende peor. La falta de variantes es evidente y Somoza realizó solo una modificación para no exponer en estos momentos a más juveniles con la presión que implica la situación de Rosario Central.
Lo preocupante es que el equipo ya no cuenta con su máximo goleador y los remates al arco son nulos partido a partido.
La expulsión de Benítez evidencia una falta importante de compromiso para con sus compañeros, llegó el VAR a nuestro fútbol, no podemos tener jugadores que se hagan echar de ésta manera tan infantil.
Lo mejor de Central fueron los intentos de Ferreyra, la entrega de Veliz y el sacrificio de Romero cuando ingresó en el ST.
Deben llegar refuerzos que realmente jerarquicen al equipo en todas las líneas, no será fácil porque la billetera está flaca pero es un deber porque de no ser así el destino será el de verse comprometidos con el promedio.
Lo único rescatable, como siempre, fue la gente. Que un día laboral llenó las tribunas, alentó al equipo y calentó la noche en Arroyito.